Moda y Surrealismo: Elsa Schiaparelli
El surrealismo, fundado por el escritor y poeta André Breton, era un ejercicio de sustitución que consistía en alterar lo corriente para situarlo en un contexto nuevo, a menudo desconcertante. La moda vanguardista se sumó a lo absurdo del surrealismo a finales de la década de los años 20, reaccionó inconscientemente contra el funcionalismo del movimiento moderno. La máxima exponente del surrealismo textil fue Elsa Schiaparelli (1890-1973), una diseñadora italiana que se hizo famosa por la utilización del trampantojo ("trampa al ojo", término que se acuñó durante el Barroco para describir la ilusión de perspectiva en la pintura) en prendas de punto. Schiaparelli insistía en que para ella el diseño de moda no era una profesión, sino simplemente un medio de distinto de expresión artística; no cosía y apenas dibujaba. El modisto parisino Christian Dior, le acusó de crear alta costura solo para poetas y pintores. La diseñadora lanzó su primera colección en su boutique en la calle de la Paix, en París, en 1929. Creó una colección de jerséis tejidos a mano, abrigos, faldas, bañadores y boinas de ganchillo. Algunos de los jerséis eran de un nuevo tejido elástico llamado kasha, que se ceñía provocativamente al cuerpo, otros estaban realizados en un punto especial de doble capa creado por dos refugiados armenios que trabajaban en París.
Cuando los surrealistas sucedieron a los dadaístas, Schiaparelli colaboró con el más famoso exponente del surrealismo, Salvador Dalí, que pintaba paisajes oníricos (dedicaré un post a este genio próximamente). En la galería de imágenes encontraréis diseños que realizó Schiaparelli mano a mano con Dalí. Además, Elsa diseñaba bolsos con formas de objetos tan comunes como un teléfono o un piano. Muchos diseñadores comenzaron a estar muy influenciados por la maestría de Schiaparelli proliferando al final de la década bolsos de inspiración surrealista producidos en serie, en especial los que representaban la esfera de un reloj (inspirados por Dalí). En 1933, Schiaparelli abrió Pour Le Sport, una de las primeras boutiques de alta costura que vendía prendas de punto y ropa deportiva de confección. La diseñadora tuvo un gran éxito comercial en todo el mundo con el mad-cap, un sombrerito de punto con el que se podían crear diferentes formas y fue muy copiado. Elsa Luisa Maria Schiaparelli nació en 1890 en Roma, en el seno de una familia aristocrática y culta. Era rebelde, tímida y ansiosa. Quizás, su progenitora que no paraba de subrayar su estatura y su fealdad, traumatizó a Elsa e hizo que eso repercutiera en sus creaciones. La rica biblioteca de su padre, las begonias del jardín que darían lugar al famoso rosa shocking. Fue una diseñadora iconoclasta que además experimentó con tejidos con textura, creó botones ornamentales con forma de espejos de mano y sombreros decorados con racimos de uva y pájaros cayendo. Toda una visionaria que creó el primer vestido de alta costura con cremallera y la famosa falda-pantalón, una prenda que impresionó e incluso escandalizó a una sociedad nada acostumbrada a que las féminas vistieran con aires varoniles y que consiguió ser conocida gracias a que su amiga la tenista española Lilí Álvarez la llevó puesta durante un partido de Wimbledon. Tuvo la voluntad de trascender la belleza convencional para concebirla como una forma de expresión y de metamorfosis. Una mujer que revolucionó el mundo de la moda, no entendiéndolo como un simple mercado sino como arte. Bravo, Elsa.
