Paul Poiret, a subasta
El diseñador francés fue el primero en concebir su trabajo como una marca. Ahora la firma, en manos aún de Arnaud de Lummen, vende los derechos comerciales de ésta al mejor postor en una subasta pública hasta el 28 de noviembre.
Poiret fue el pionero en sentar las bases de la moda tal y como las conocemos hoy. De hecho, liberó (a las que podían permitírselo por aquél entonces) a muchas mujeres del incomodísimo corsé y las vistió con faldas pantalón. Fue también el primero en comercializar perfumes asociados a su firma (Parfums de Rosine) e incluso en comercializar una línea de decoración.
Pocos recuerdan a este couturier. Poiret vivió una época marcada por la prosperidad que precedió a la Primera Guerra Mundial y por la extravagancia que de las clases altas. Tras la guerra, la austeridad imperaba en la sociedad y la gente no tenía ganas de lucir prendas exóticas (recordemos sus maravillosos kimonos orientales). Triunfó pues la sobriedad de Chanel y Poiret se vio obligado a cerrar su mansión en 1929. Las élites se olvidaron de su marca y el modisto sobrevivió trabajando como ilustrador hasta su muerte en los años cuarenta.
Sin embargo, es ahora cuando, ochenta años después de su muerte, se planea una resurrección de Poiret. La decisión de sacar la marca a la luz y venderla procede de Savigny Partners, una empresa de fusiones y adquisiciones, que ha querido que la subasta sea totalmente pública y al alcance de cualquiera (tú mismo puedes rellenar el formulario de la web hasta el 28 de noviembre).
Parece estar "de moda" revivir o resucitar, más bien, las casas de modas de siglos pasados (véase la vuelta de la maison Elsa Schiaparelli). El prestigio está ahí, pero estéticamente las firmas se encuentran a años luz de la actualidad. Dior o Chanel renacen, se adaptan a los nuevos tiempos, se renuevan siempre siguiendo su estilo pero de la mano de nuevos diseñadores. Quizá ese sea el futuro para Poiret, quién sabe que le deparará y quién comprará la marca.
